Las consecuencias de la crisis del coronavirus va a traer grandes cambios tanto a la sociedad como a las empresas. La adaptación de estas últimas a esos cambios se va a tener que hacer no solo pensando en la empresa como un ente sino también en las interrelaciones que esta tiene con su entorno.

La Fiabilidad de las cuentas, la mejora de los procedimientos internos y respaldo en estas etapas son algunos de las razones para llevar a cabo una auditoría. 

La auditoría consiste en la revisión de los estados contables de una sociedad con el fin de acreditar la razonabilidad de la veracidad y fiabilidad de su contenido

Los beneficios de una auditoria externa

Realizar una auditoria externa significa un gasto adicional “importante”. Por lo que, ¿compensa? ¿Supone algún beneficio realizarla si no estamos obligados? La respuesta sería que sí…. Una auditoria supone varios beneficios.

Cuando un auditor emite un informe “favorable” tras realizar la auditoria, está indicando que, bajo su criterio profesional, las cuentas presentan razonablemente la verdadera situación económica-patrimonial de la empresa y de los resultados alcanzados.

Si bien es cierto que el auditor no “certifica” al cien por cien nada, emite su mejor opinión profesional sobre dichas cuentas anuales auditadas. No obstante, dicha opinión será muy útil si la empresa va a solicitar financiación a terceros, cualquier tipo de subvención o ha previsto acudir a concursos o licitaciones públicas.

Igualmente, el auditor en el transcurso de su trabajo va a evaluar el sistema de control interno de la entidad, y comunicará a la dirección todas aquellas debilidades encontradas y las posibles acciones correctivas.

Además, en el transcurso de la auditoria de cuentas, se podrá detectar cualquier error contable que se esté cometiendo y cualquier criterio que no se ajuste a la legislación actual. Por ejemplo, pueden encontrar que el porcentaje de amortización que se aplica a los elementos informáticos es incorrecto.

De esta forma, al ser conscientes de dichas erratas, los auditores propondrán cualquier modificación para que las cuentas anuales sí cumplan con la legislación aplicable a la entidad. Y es que, el auditor también asesora, por lo que le puede servir para mejorar sus procedimientos e implantar las mejoras

Así, el trabajo del auditor debe tomarse como una oportunidad, sobre todo para aquellas empresas que se encuentran en una etapa de expansión o crecimiento, porque podrán contar con la opinión de expertos que les aportarán un mayor valor añadido a su gestión.

Por todo lo expuesto, es altamente recomendable que las entidades realicen auditorias de cuentas voluntarias. Y no olvidemos que será posible sacar mucho más de todo este proceso si visualizamos al auditor como un asesor.